El perfil del candidato

Danilo Parrinello
El Periódico

La campaña electoral ya arrancó, nos guste o no, ya hay cuatro candidatos “destapados”: el doctor en Derecho Manuel Baldizón, del partido Libertad Democrática Renovada (Lider); la licenciada en Ciencias de la Comunicación, Sandra Torres Casanova, de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE); el señor Roberto Alejos Cámbara, del partido Todos; y el licenciado en Economía Roberto González Díaz-Durán, del partido Compromiso Renovación y Orden (Creo). De los que tienen posibilidad solamente falta definirse el ungido del partido oficial que aún está en veremos, allí se mencionan a tres aspirantes. Los ministros, de Comunicaciones, Alejandro Sinibaldi; de Gobernación, Mauricio López Bonilla y el de Trabajo, Carlos Contreras. Los tres son pesos pesados del Partido Patriota. Sin embargo, todos hablan de los grandes fiascos que los guatemaltecos hemos sufrido por no investigar a los candidatos y dejarnos llevar por la publicidad, los temores y las falsas promesas, vendidas durante las campañas. Estoy convencido que los ciudadanos debemos investigar los antecedentes familiares de los candidatos que aspiran a gobernarnos en el próximo periodo presidencial. Ya que como decían, sabiamente las abuelitas, hay que saber “que pata puso ese huevo”. Por no hacerlo hemos tenido candidatos que no tienen un apellido qué cuidar, mucho menos preservarlo para heredarlo a sus hijos. Probablemente no sea políticamente correcto decirlo, pero habrá que ver qué familia tiene formada el candidato, ¿y esto por qué? Pues porque la experiencia nos lo enseña, y por descuidar estos aspectos de la vida privada de quienes aspiran a la primera magistratura de la Nación, después nos aparecen tipejos, perfectos don nadie, en la Presidencia y, entonces, ya tarde, nos lamentamos. Importante será también comprobar los estudios y grados académicos del candidato, para que no nos aparezca un semianalfabeta, poniendo en vergüenza al país, sobre todo cuando Guatemala ha tenido en Centroamérica el liderazgo en todos los ámbitos, incluido el político y el académico. Finalmente deberá el candidato acreditar experiencia administrativa en lo público y lo privado, para que no llegue a aprender el oficio; Guatemala no está ni para aprendices ni para improvisaciones de iluminados. Amén.